¿Tengo la piel seca o deshidratada?

Piel deshidratada y piel seca son dos cosas distintas. Para poder estar suave y cómoda, tu piel necesita tanto nutrición como hidratación. Aprendé a distinguir ambas cosas y a reconocer las necesidades de tu piel.

¿Qué es la piel deshidratada? 


Para estar sana y radiante, tu piel necesita agua y nutrientes, dos componentes tan esenciales como diferentes. Para recuperar la comodidad y la suavidad, primero hay que saber reconocerlos. 
La piel deshidratada puede darse en todos los tipos de piel ya que se trata simplemente de una piel que carece de agua. El agua contenida en las células de la epidermis se evapora y la piel se deshidrata.



Esto es un serio problema dado que, como sabemos, la piel es un auténtico reservorio y el 30% de las reservas de agua del organismo se concentran en la epidermis. A diferencia de la piel seca, tener la piel deshidratada es un estado temporal. 
 

Las causas:

 
  
  
 
El frío, el viento, el cansancio, el aire acondicionado, una habitación calentada en exceso, un agua demasiado calcárea… Todos estos factores alteran los flujos de agua entre la dermis y la superficie de la piel. Es lo que los expertos llaman pérdida insensible de agua.

Las consecuencias: un tono apagado, una piel incómoda, la aparición de líneas finas de deshidratación o incluso una piel que carece de flexibilidad y densidad... 
Aunque todo esto no tiene por qué notarse, ya que no se producen signos claramente reconocibles. La buena noticia es que este estado de deshidratación será puntual si se adopta la rutina de cuidados adecuada.

¿Cómo reconocer la piel seca? 

La piel seca es un tipo de piel, al igual que la piel mixta o la piel grasa. Se caracteriza por producir menos sebo y, en consecuencia, por carecer naturalmente de lípidos. Estos lípidos epidérmicos (ceramidas, ácidos grasos y colesterol) son esenciales para formar el “cemento” de la piel que contribuye a mantener la epidermis y una barrera cutánea protectora. Una deficiencia de lípidos impide que la epidermis conserve la hidratación y la humedad naturales y acabe alterando la función de barrera de la piel.

¿Cuál es la solución contra la piel deshidratada? 

En general, los culpables de la deshidratación de la piel son los elementos externos






La contaminación, el tabaco, el aire acondicionado, el estrés, la falta de sueño habitual, el viento, el frio… En verano, también el calor. 

¿La solución? Para empezar, hay que beber más agua para reponer las reservas del organismo.

Y luego también están los cosméticos, aliados de la piel. Puede que el uso de una simple crema hidratante no sea suficiente: cambiá por una rutina completa con productos que te permitan enriquecer tu epidermis con agua.