Liendres o caspa: ¿cómo distinguirlas?

La caspa en el cabello es un fenómeno muy común, ya que afecta por término medio a una de cada dos personas. La caspa es fácil de identificar, se trata de pequeñas escamas blancas o acumulaciones de células muertas en la superficie del cuero cabelludo o en la ropa. Sin embargo, en algunos casos puede confundirse con lo que se conoce como liendres. Las liendres son en realidad los huevos de los piojos.

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Contenido

¿Cuál es la diferencia entre liendres y caspa?

¿Se trata de piojos o caspa? ¿Cómo distinguir la caspa y las liendres?
La pregunta suele surgir cuando se aprecia caspa en el cabello de los niños, pues son los que más riesgo tienen de verse infestados por piojos.

La diferencia entre liendres y caspa pueden ser difícil de marcar cuando los piojos se encuentran en el estado larvario porque las liendres se parecen mucho a la caspa. Suelen ser de color grisáceo o blanquecino, al igual que las escamas.
Aunque no siempre resulten lo bastante diferenciadores, algunos criterios pueden ayudar a distinguir piojos y caspa:

  • Las liendres se adhieren más al cabello y permanecen pegadas al cuero cabelludo incluso cuando se introduce movimiento.
  • La caspa, por el contrario, se desliza más fácilmente a lo largo del cabello, y puede incluso llegar a apreciarse en la ropa.

Cuando los síntomas entre liendres de piojos o caspa sean indistinguibles, lo mejor es consultar a un dermatólogo o a un farmacéutico, que podrán ayudarnos a reconocerlas.
Si existe un gran parecido, el dermatólogo puede incluso servirse de un dermatoscopio, una especie de gran lupa (empleada para explorar los lunares) que proporciona un aumento de al menos 10 veces, para distinguirlos. Así podrá ofrecer sus consejos y recetar el tratamiento más adaptado.

Liendres de piojos o caspa: el caso de los lactantes

Por último, cuando se aprecia caspa en los bebés, es menos común que se trate de simple caspa o liendres, la mayoría de las veces es costra láctea. En este caso se trata de un fenómeno de descamación transitorio y totalmente benigno que aparece en muchos niños después de nacer. Las costras pueden reconocerse fácilmente en la superficie del cuero cabelludo por su aspecto: son gruesas y de color blanco a amarillo.

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