La piel de los profesionales sanitarios se pone duramente a prueba con regularidad, sobre todo a nivel de las manos: lavados recurrentes, uso de guantes, manipulación de productos químicos… Esto provoca la aparición de dermatosis profesionales que generan molestias para el personal sanitario.
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La dermatosis profesional en el personal sanitario afecta a todo tipo de cuidadores: médicos, farmacéuticos, enfermeros, auxiliares de enfermería…
A veces se encuentran antecedentes de eczema atópico o de eczema alérgico, pero no siempre es el caso. La dermatosis profesional puede aparecer de la noche a la mañana, en personas sin problemas dermatológicos. Esta dermatosis profesional puede reconocerse como una enfermedad laboral propiamente dicha y desembocar en una reconversión profesional.
Las dermatosis profesionales en el personal sanitario pueden deberse a una gran variedad de sustancias: las que se aplican en las manos (solución hidroalcohólica, jabón desinfectante, guantes...), las que se aplican al paciente durante un cuidado (antiséptico, pegamento de un apósito...) o las que se emplean en el hospital con fines de desinfección (formaldehído, lejía...).
La dermatosis profesional en el personal sanitario puede ser de dos tipos: por un lado, está la dermatitis irritativa, ya que la mayoría de las sustancias mencionadas anteriormente son irritantes; por otro lado, está el eczema alérgico de contacto, que se produce cuando el sanitario presenta una verdadera reacción inmunitaria a la sustancia, como en el caso de la alergia al formaldehído o la alergia a un antiséptico.
La dermatosis profesional en el personal sanitario puede evitarse adoptando una serie de medidas sencillas. Entre ellas, el uso de guantes es esencial, tanto para protegerse a sí mismo como para proteger a los demás y preservar su piel. En caso de alergia a los guantes, pueden escogerse de otro material para no tener que renunciar a ellos. El cuidado de las manos también implica seguir algunas reglas sencillas. En la medida de lo posible, es mejor lavarse las manos con agua y un jabón suave. Para compensar el efecto secante que a veces genera el gel hidroalcohólico, se puede aplicar una crema barrera aislante antes y durante la jornada de trabajo.
