Existen diversas formas de psoriasis más o menos conocidas, más o menos frecuentes y más o menos graves. La psoriasis pustulosa es un tipo de psoriasis totalmente peculiar, que la mayoría de la gente desconoce. Se caracteriza por la presencia de pústulas, unas “burbujas” presentes en la superficie de la piel que contienen una sustancia líquida.
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En el caso de la psoriasis pustulosa, hay que tener en cuenta que se trata de burbujas asépticas, es decir, que no están infectadas. Sin embargo, suelen ser lesiones muy inflamatorias. El perfil de los pacientes afectados por psoriasis pustulosa es variable pero es bastante habitual encontrar antecedentes personales y/o familiares de psoriasis en placas.
Este tipo de psoriasis se divide en dos principales categorías:
El tratamiento de la psoriasis pustulosa se basa en los mismos tratamientos que la psoriasis en placas, en particular en tratamientos orales o inyectables. En caso de psoriasis pustulosa generalizada que pueda suponer un riesgo para la vida, suele ser necesario hospitalizar al paciente para controlar sus constantes al tiempo que se inicia el tratamiento.
Piel con tendencia psoriásica
Piel con tendencia a la psoriasis