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Fotoenvejecimiento

En ocasiones, el sol puede hacer más agradable nuestra vida diaria, ya sea cuando nos ejercitamos al aire libre o mientras estamos en la playa, incluso anteriormente el bronceado se consideraba como un signo de buena salud. Sin embargo, esta creencia ha cambiado, ya que los rayos solares pueden hacerle mucho daño a tu piel.

La exposición excesiva al sol produce el fotoenvejecimiento, un daño que se refleja en el rostro, en el cuello, la “V” del escote y en el dorso de las manos, por medio de arrugas y manchas, la ventaja es que puede prevenirse con la ayuda de productos como el protector solar y cremas que atenúan la pérdida de firmeza de la piel.

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¿Qué es el fotoenvejecimiento?

Primero es necesario precisar que el envejecimiento cutáneo es un proceso biológico progresivo que está condicionado por factores genéticos y agresiones ambientales a las que te expones durante toda tu vida. Tiene dos procesos, el intrínseco y el extrínseco, los cuales se desarrollan simultáneamente.

De acuerdo con la Red Peruana de Bibliotecas en Salud (Repebis), el envejecimiento intrínseco está determinado genéticamente, se manifiesta a través de un deterioro lento de los tejidos y las células. Produce alteraciones como consecuencia del paso del tiempo, por ejemplo, las arrugas.

Por otra parte, “el envejecimiento extrínseco o fotoenvejecimiento está determinado por la exposición crónica a la radiación ultravioleta (RUV), que es acumulativa e irreversible. Se manifiesta por modificaciones estructurales y funcionales de la piel en zonas expuestas como la cara y el cuello”.

La exposición a la RUV ocurre de forma natural puesto que todos los días, al salir a trabajar o estudiar, tenemos contacto con los rayos del sol, pero debes evitar la sobreexposición si quieres prevenir la aparición de manchas y arrugas prematuras.

El sol no es del todo perjudicial, algunos de sus beneficios son la síntesis de vitamina D, un proceso que mantiene la mineralización ósea para que los huesos estén fuertes.

Desafortunadamente, cuando pasas mucho tiempo en espacios abiertos o expuestos a los rayos del sol, es probable que aparezcan los daños del fotoenvejecimiento más comunes: las arrugas y las manchas en la piel.

  • Arrugas

Si no te cuidas correctamente de la RUV, los primeros signos del envejecimiento se adelantarán algunos años y verás que en tu rostro se comienzan a formar algunas arrugas.

Estos pliegues en la superficie del rostro son producto de una combinación de factores, el primero de ellos es la edad, al disminuirse la cantidad de grasa que hay en las capas más profundas de la piel, esta se vuelve más frágil y las líneas de expresión se profundizan.

Posteriormente, por exposición a la RUV, aumenta la degradación de las fibras de colágena que se encuentran en la dermis. Cuando este tejido se daña, el rostro comienza a perder firmeza, por lo que áreas como el contorno de ojos y labios se debilitan, formando arrugas prematuras.

El contacto con los rayos del sol no se puede evitar, pero puedes minimizar estas señales de la edad si utilizas protección solar todos los días, humectas tu rostro y evitas fumar, ya que esta actividad acelera el proceso de envejecimiento.

  • Manchas

Si a lo largo de tu vida has pasado mucho tiempo bajo el sol, es momento que dejes de hacerlo para prevenir el surgimiento de manchas; las cuales son repercusiones estéticas provocadas por el deterioro de la piel luego de exposiciones repetidas y prolongadas a la RUV.

Estas manchas cutáneas de tonalidad oscura se conocen como léntigos solares y son lesiones benignas que se desarrollan en las áreas de la piel más expuestas a las radiaciones solares, principalmente el rostro, el cuello y las manos. Son de color marrón claro a oscuro, llegan a medir de 1 a 3 centímetros de diámetro, se pueden diferenciar de las pecas y el melasma porque los léntigos no desaparecen en la época invernal, sino que persisten durante todo el año.

Estas pigmentaciones aparecen cuando la piel intenta protegerse de los rayos solares, aumentando la producción de melanina, un pigmento natural que determina el color de la piel y del cabello. Si hay una producción dispareja de melanina, el rostro adquiere una coloración particular en la que predominan las manchas marrones.

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¿En qué consiste y cómo afecta la piel?

La piel está constituida por la dermis (capa intermedia) y la epidermis (capa externa). La dermis contiene colágeno que aporta firmeza; elastina que brinda elasticidad, y proteoglicanos que dan tersura e hidratación. Estos componentes pueden actuar como una barrera de defensa, pero existen factores ambientales, como la RUV, que llega a provocar daños considerables en tu rostro.

La RUV se compone de dos tipos de ondas: los rayos UVA y UVB, los cuales activan ciertos mecanismos que contribuyen al daño facial. “Se considera que los rayos UVB son responsables de las quemaduras solares y el daño directo de las células, mientras que los UVA potencian estos efectos”, explica la Repebis.

  • Rayos UVA. Penetran hasta la dermis, incrementan la oxidación celular, disminuyen las defensas de la piel y son responsables del fotoenvejecimiento. Atraviesan las ventanas y su nivel de radiación se mantiene durante todo el año.
  • Rayos UVB. Su capacidad para penetrar en la piel es menor, sólo llegan a la epidermis, pero producen quemaduras solares y mutaciones en el ADN de las células que pueden desencadenar en un cáncer de piel.
  • Rayos UVA. Al penetrar en la dermis, dañan las fibras de colágeno y aumentan la producción de elastina; lo cual induce la expresión de las metaloproteinasas, unas enzimas que reconstruyen el colágeno dañado, pero ante la excesiva exposición al sol, degradan el colágeno y se empiezan a formar las arrugas con lo que el rostro se nota envejecido. Sin embargo, estas no son las únicas lesiones que aparecen como consecuencia de la RUV, podemos encontrar las siguientes:
  • Queratosis actínicas. Son manchas de color variable (blanco, rosa o marrón), con escama en la superficie y rugosas a la palpación. Aparecen en sitios expuestos al sol especialmente en la cara y las orejas; también se pueden notar en la piel cabelluda de personas que cursan con calvicie.
  • Lentigo labial. Es una mancha de color marrón que aparece, generalmente, en el labio inferior.
  • Melasma. Conocido coloquialmente como paño, se manifiesta con manchas de color marrón mal limitadas, que afectan principalmente la cara a nivel de frente, mejillas, dorso nasal y área del bigote. Se debe principalmente a la exposición solar.
  • Poiquilodermia. Este padecimiento se caracteriza por la presencia de pigmentación rojiza que aparece principalmente en la cara y en la “V” del escote.

Estos son algunos ejemplos de los múltiples daños solares que pueden hacerse visibles en la piel de tu rostro, si bien el envejecimiento es una condición natural, puedes retardar la aparición de arrugas y manchas si te proteges diariamente de la RUV.

¿Por qué aparece?

El fotoenvejecimiento aparece cuando las radiaciones solares llegan a las células de la epidermis llamadas queratinocitos y melanocitos, formando manchas y queratosis actínicas; así como arrugas por la degradación de las fibras de colágeno que están en la dermis.

Lo anterior “acelera el envejecimiento natural de la piel, por el daño que causa la exposición crónica a la radiación ultravioleta, provocando alteraciones en el ADN y en los tejidos”, puntualiza la doctora Cristina García-Millán, miembro de la Asociación Española de Dermatología, citada por el periódico El Mundo.

“La exposición diaria a los rayos solares aumenta la producción de radicales libres y produce daño en el ADN. El consumo de cigarro y la contaminación, y otras variables como la falta de sueño y el estrés, también afectan el aspecto del rostro” añade la especialista.

Las radiaciones UVA y UVB son las más nocivas para la piel, y las principales causantes del fotoenvejecimiento. A pesar de esto, no son las únicas fuentes que lesionan tu piel, la luz visible y la radiación infrarroja también pueden ocasionar un deterioro prematuro del rostro y el cuello.

Del espectro de luz visible, la de tono azul es la que más daños produce, sus riesgos para la salud van desde el daño a la retina, alteraciones del sueño y envejecimiento de la piel del rostro y el cuello. Además de encontrarse en exteriores durante el día, también es emitida por computadoras, celulares y televisores.

“Aunque la luz ultravioleta daña directamente el ADN de las células, la luz azul destruye el colágeno mediante el estrés oxidativo. Un químico en la piel llamado flavina absorbe esta luz, la reacción que tiene lugar durante la absorción produce moléculas inestables de oxígeno (radicales libres) que dañan la piel”, señalaron diversos dermatólogos para el New York Times.

Es muy importante que te cuides también de la luz artificial, ya que al contrario de la luz natural, no aumenta la sensación de calor en el cuerpo ni en la superficie de la piel, por lo que no se percibe con facilidad.

¿Cómo prevenirlo?

Las consecuencias negativas de la exposición prolongada al sol pueden prevenirse, una forma básica de hacerlo es por medio de la hidratación de la piel, que al ser un órgano metabólicamente activo, necesita agua para mantener su elasticidad y funcionar como barrera protectora.

La humedad de la piel se debe al agua transepidérmica de las capas más profundas y a la secreción de sudor. Factores como la contaminación aumentan la pérdida de agua, lo que da al rostro un aspecto apagado.

Para mantener una correcta hidratación es recomendable utilizar productos dermatológicos que liberen agua hacia el estrato córneo (la capa más superficial de la piel). Existen cremas emolientes que nutren y crean una película protectora contra la sequedad.

Recuerda que el paso más importante para evitar los signos del fotoenvejecimiento es la protección solar, este tipo de cremas deben ser una parte esencial en tu rutina de belleza, incluso si estás dentro de casa, ya que los rayos UVA pueden traspasar los cristales y llegar a tu rostro.

Según la Asociación Colombiana de Dermatología, “con la aparición de los protectores solares, la necesidad de crear sustancias cada vez más adecuadas y las nuevas estrategias de fotoprotección, se ha logrado la prevención de alteraciones causadas directamente por la radiación ultravioleta”.

Por este motivo, se creó la determinación del factor de protección solar (FPS), una técnica de referencia que mide la eficacia de los protectores contra los rayos solares.

“Se considera que un protector solar debe tener, por lo menos, un FPS mayor de 30, y que, al adicionarle filtros UVA, se potencia su eficacia contra el espectro de radiación ultravioleta”, agrega la asociación citada en párrafos anteriores.

La aplicación del filtro solar se debe realizar aproximadamente 30 minutos antes de exponerte al sol, y reaplicar cada dos o cuatro horas para que la barrera de defensa continúe actuando durante todo el día. Puedes complementar la protección utilizando sombrero de ala ancha y lentes.

El protector que elijas para tu rutina diaria tiene que ser apto para tu tipo de piel, por ejemplo, a las pieles grasas y pieles mixtas les funcionan mejor las texturas en gel o spray; mientras que las pieles secas pueden optar por texturas en crema.

Actualmente existen protectores con color que unifican el tono de la piel, dándole al rostro un acabado natural. De igual forma, hay protección solar oral, consiste en cápsulas que aumentan la resistencia de la piel a los rayos ultravioleta y protegen de forma homogénea toda la superficie del cuerpo, son un complemento a los protectores en crema.

La prevención del fotoenvejecimiento también incluye la nula o poca exposición al sol durante las horas centrales del día, es decir, entre las 12 y las 4 de la tarde, cuando la radiación es más fuerte y perjudicial.

Si estuviste mucho tiempo bajo los rayos del sol, puedes mitigar sus efectos utilizando una loción reparadora para tu piel que la hidrate y le aporte frescura. Otros productos como la vitamina C y el ácido hialurónico también sirven para atenuar las manchas y las arrugas.

¿Cómo tratarlo?

Para tratar el fotoenvejecimiento es indispensable que en tu rutina diaria incluyas los productos adecuados, hechos con ingredientes que actúen directamente sobre la piel para disminuir las manchas oscuras en el rostro, el escote y el dorso de las manos.

Una de las gamas más completas en el mercado que te ayuda a combatir este fenómeno es Melascreen, consta de tres productos creados por Ducray que unifican y corrigen tu piel.

Nuestro

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, ayuda a disminuir las manchas y a recuperar la firmeza de la piel. Entre sus principales activos se encuentra el ácido glicólico, uno de los ingredientes más utilizados en formulaciones dermocosméticas porque aumenta la flexibilidad y elasticidad, estimula la producción de colágeno y optimiza la hidratación del rostro.

Este suero también contiene ácido hialurónico y vitamina E, gracias a los cuales se puede recuperar la luminosidad de la piel. Al tratarse de un producto que no tapa los poros, es seguro aplicarlo en la mañana y en la noche sobre el rostro limpio, pero recuerda limitar la exposición solar durante su utilización.

En Ducray entendemos que una de tus necesidades es combatir el fotoenvejecimiento, por eso en tu rutina puedes incluir la crema de noche Melascreen, es un auxiliar para nutrir y unificar el tono de tu piel gracias a sus activos que incluyen niacinamida, ácido hialurónico y vitamina C.

La niacinamida ayuda a reducir la hiperpigmentación causada por las radiaciones ultravioleta, mientras que la vitamina C es un antioxidante que neutraliza los radicales libres y favorece de forma significativa la producción de colágeno, además proporciona luminosidad a la piel del rostro que le brinda un aspecto de buena salud.

Las manos son otra zona del cuerpo que necesitan de cuidados constantes, ya que también reflejan los signos del envejecimiento. Con Melascreen cuidado global de manos, obtienes un factor de protector solar superior a 50 que te ayuda contra las manchas oscuras y las arrugas.

Uno de los activos de esta crema para las manos es el ácido hialurónico, una molécula humectante que tiene una alta capacidad de unión al agua, por lo que es responsable de la hidratación de la piel, protegiéndola de los radicales libres y atenuando la presencia de arrugas.

Es recomendable que apliques una o dos dosis de la crema en tus manos, y repetir este paso cada cuatro horas para que su protección no tenga disminuciones significativas.

Con el uso de este tipo de productos y de protector solar, podrás prevenir que el fotoenvejecimiento deje lesiones en tu rostro y manos, las cuales muchas veces generan episodios vergonzosos porque llegan a ser muy notorias.

Las arrugas son parte del envejecimiento natural. Sin embargo, exponerte lo menos posible a la RUV frena su aparición y también evita que te salgan manchas. ¡Puedes apoyarte con la línea Melascreen de Ducray para que tu rostro luzca sano y luminoso!

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