El cuidado de la costra láctea a diario

Es común que los lactantes presenten la llamada costra láctea, que aunque resulta antiestética, no deja de ser benigna. Se trata de pequeñas placas o escamas de un color blanquecino a amarillento que quedan visibles en el cuero cabelludo de los recién nacidos. Producto de la hiperseborrea y la proliferación de una levadura presente de forma natural en la superficie de la piel, las costras pueden ser más o menos gruesas.

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Contenido

Los gestos adecuados a diario

Estas placas no causan ninguna molestia ni incomodidad al niño, pero es importante vigilarlas y aplicar ciertas normas de higiene para evitar que se extiendan.

Su médico o su farmacéutico podrán aconsejarle sobre los productos y cuidados que resultan más adecuados para su bebé. Los cuidados específicos para la costra láctea actúan combinando idealmente dos acciones complementarias:

  • una acción hidratante cuyo objetivo es ablandar la costra láctea
  • una acción queratolítica para favorecer su eliminación.

Después de aplicar los cuidados, hay que utilizar un cepillo de cerdas suaves para eliminar las escamas que, gracias a los cuidados, empezarán a desprenderse.

Además de los tratamientos recomendados por el médico o el farmacéutico, es esencial utilizar unos productos de higiene suaves para la piel y el cabello especialmente diseñados para los recién nacidos, para no causar más irritación en el cuero cabelludo.

Remedios alternativos contra la costra láctea

La búsqueda de una mayor naturalidad es un deseo y una tendencia creciente en nuestra sociedad. Esta corriente se acentúa aún más cuando se espera un niño o tras el nacimiento de un bebé. Por eso algunos padres prefieren recurrir a los llamados remedios “naturales”.

El primer tratamiento natural para la costra láctea consistiría en no hacer nada y dejar que la costra láctea desaparezca por sí sola. En este caso se recomienda tener paciencia, ya que esto puede llevar mucho tiempo. Algunos niños siguen teniendo costras hasta la edad de dos o incluso tres años.

Para aquellos que no quieren esperar a que el tiempo surta efecto y desean recurrir a soluciones alternativas a los tratamientos, existen otros remedios, pero deben seguirse siempre sin olvidar las recomendaciones del médico. No dude en consultar a su pediatra o su farmacéutico, que podrán guiarle en este proceso y aconsejarle sobre las mejores soluciones.

Hay muchas alternativas a los tratamientos, muchas de ellas inspiradas en los remedios de nuestras abuelas, pero no todas se han probado científicamente.

Usar cuerpos grasos

Como la vaselina, el aceite, el linimento… para ablandar la costra láctea. Hay que aplicarlas en la cabeza del bebé unas horas antes del baño, lavar a continuación el cabello con un champú suave y acabar con un cepillado suave para eliminar las costras.

Aplicar aceite de almendras dulces

El aceite de almendras dulces también suele recomendarse, con la intención siempre de ablandar las costras e hidratarlas. Aunque a los pediatras les gusta recomendarlo, los alergólogos son más reacios debido al potencial alergénico de la almendra.

Aplicar leche materna

Algunas madres aseguran que aplicar leche materna sobre la costra láctea permite desprender las placas, pero hasta la fecha esto es algo que no se ha demostrado científicamente.

La homeopatía

Por último, si estos remedios no producen los efectos esperados, o actúan de manera demasiado lenta, se pueden emplear, además de los cuidados, algunas soluciones homeopáticas contra la costra láctea. ¡No dude en pedir consejo a su farmacéutico! Como no siempre resulta fácil administrar gránulos a un bebé, los homeópatas recomiendan diluirlos en un pequeño biberón de 50 ml, por ejemplo, que puede administrarse al bebé en varias tomas durante el día.

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