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¿Por qué tengo la piel seca?

Tener la piel seca es desagradable, pero no es una fatalidad. ¿Por qué se tiene la piel seca? Hay una serie de factores a tener en cuenta. ¿Qué tal si hacemos una recapitulación para dar con las soluciones?

¿Qué significa tener la piel seca?

La piel seca se debe a una falta de lípidos esenciales en la piel. Por un lado, estos lípidos mantienen la cohesión entre las células de la epidermis y, por otro, conforman el sebo, componente de la película hidrolipídica presente en la superficie de la piel, para garantizar la función de barrera natural. A raíz de múltiples agresiones externas, una falta de lípidos puede contribuir al debilitamiento de la película hidrolipídica. Más permeable, esta fina capa de protección de la piel deja de desempeñar su función protectora al 100% (ralentizar la evaporación del agua que contiene la piel y evitar la penetración de agentes externos). Como resultado, la epidermis pierde su flexibilidad y su suavidad, y su aspecto cambia. Por eso, es esencial tomar la iniciativa para recuperar la comodidad de una piel sana.

¿Por qué se tiene la piel seca?

La piel seca es un tipo de piel en sí misma, al igual que la piel grasa o la piel mixta. Como ya hemos comentado, esta sequedad se debe a un déficit de lípidos que hace que el agua de la piel se evapore más rápido. Sin embargo, hay otros factores agravantes que también influyen, como pueden ser las agresiones externas, el estilo de vida, la edad o los cambios hormonales. Por eso es importante hacer un balance de la situación, pues existe una solución para cada uno de estos factores.

  • No consumir suficiente agua agrava la deshidratación de la piel y acentúa la pérdida insensible de agua. Por tanto, para mantener esta hidratación natural, es necesario beber al menos 1,5 L de agua al día.
  • Elementos externos como el sol, el frío, el viento y la contaminación agreden la piel. Así que es esencial protegerla con ropa o una crema solar. El verano y el invierno son los períodos en los que la piel es más vulnerable y se requiere una vigilancia particular.
  • Una atmósfera demasiado seca debido a la calefacción o al aire acondicionado también resulta perjudicial. En estos ambientes secos, instalar un humidificador de aire es una buena solución para evitar la piel seca.
  • Las duchas largas y con agua muy caliente así como los baños no son recomendables para las personas que tienen la piel seca. En efecto, el calor disuelve la película hidrolipídica de la epidermis. Por ello, es mejor darse duchas cortas y con agua templada.
  • El uso de jabones no adaptados a las pieles secas también puede influir. Si son demasiado decapantes pueden dañar la piel eliminando la película hidrolipídica, el escudo natural de la epidermis. En consecuencia, es mejor optar por unos jabones con un pH neutro (pH 7), cercano al de la piel, que oscila entre 5 y 5,5. En definitiva, una rutina de higiene más suave tendrá mucho menos impacto en la sensibilidad y la sequedad de la piel. Este ritual debe combinarse con unos cuidados hidratantes para cargar la epidermis con agua y nutrientes con el fin de restaurar la barrera cutánea y que la piel recupere su flexibilidad y suavidad.
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