Una sudoración excesiva
La sudoración excesiva, o hiperhidrosis, se da cuando la cantidad de sudor producida supera el volumen necesario para la regulación térmica. También se habla de hiperhidrosis cuando provoca molestias y repercute fuertemente en la calidad de vida de quien la padece.
Existen dos tipos de hiperhidrosis:
- la hiperhidrosis primaria, cuyas causas no están identificadas.
- la hiperhidrosis secundaria como consecuencia de un problema de salud o del uso de medicamentos.
Suele ser un tema tabú del que la gente no siempre se atreve a hablar con su médico. Sin embargo, ¡existen soluciones muy eficaces para ello!
Causas de la hiperhidrosis primaria Las causas de la sudoración excesiva pueden ser múltiples y no siempre son fáciles de identificar.
La hiperhidrosis primaria, también conocida como hiperhidrosis idiopática, abarca la mayoría de los casos de sudoración excesiva. Afecta principalmente a las axilas, las manos y los pies. Se manifiesta en determinadas situaciones de estrés y emociones fuertes, durante un esfuerzo físico intenso, con el calor o tras la ingesta de determinados alimentos. Las causas de esta hipersudoración no se conocen realmente, aunque se evoca una predisposición genética y hereditaria. En general, la hiperhidrosis primaria se desarrolla a una edad temprana, durante la infancia o la adolescencia.
Causas de la hiperhidrosis secundaria La hiperhidrosis secundaria está relacionada con un problema de salud o un motivo específico.
Las causas de esta sudoración excesiva pueden ser múltiples.
Algunas afecciones, como la obesidad, la diabetes, la hipoglucemia, el hipertiroidismo o la enfermedad de Parkinson, pueden provocar hiperhidrosis. Lo mismo ocurre con determinados estados fisiológicos, como los cambios hormonales sufridos durante la menopausia, que pueden provocar una sudoración excesiva. El síndrome de abstinencia o el consumo de alcohol pueden igualmente ser los causantes de este trastorno.
Por último, algunos fármacos también pueden causar hipersudoración. En caso de experimentar problemas de sudoración tras iniciar un nuevo fármaco, conviene pedir siempre consejo al médico antes de interrumpir o cambiar su tratamiento. Él o ella le ayudará a encontrar la mejor alternativa terapéutica.