Relación entre alopecia y cansancio

La alopecia y el cansancio están vinculados. Al igual que el estrés, la fatiga intensa puede desencadenar una caída del cabello reaccional. Solo es transitoria y puede prevenirse y frenarse fácilmente.

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El cansancio, una de las causas de la caída del cabello

Estrechamente relacionado con el estrés o el exceso de trabajo, el cansancio físico y psicológico puede tener un impacto en la caída del cabello. Examinemos la cuestión:

El cansancio relacionado con un choque emocional puede provocar una caída del cabello reaccional, conocida como “efluvio telógeno agudo”. Suele producirse entre 3 y 4 meses después de exponerse a un factor desencadenante. El ciclo capilar se ve entonces alterado y como consecuencia se produce una pérdida del cabello precipitada, difusa y simultánea durante la fase telógena. La caída del cabello puede llegar a provocar entonces la pérdida de 300 cabellos al día en comparación con los 60 que suelen perderse normalmente.

El cansancio relacionado con un estrés más profundo o una dieta hipocalórica constituye a su vez una causa de caída del cabello y puede provocar una pérdida de cabello transitoria más grave, también conocida como “efluvio telógeno agudo”. Las mujeres suelen verse más afectadas que los hombres. Una vez identificado y eliminado el factor desencadenante, su evolución es siempre positiva. Los pacientes deben esperar 6 meses para que su cabello empiece a regenerarse y entre 12 y 18 meses para que vuelva a su estado inicial.

El cansancio relacionado con una deficiencia marcial(es decir, con un déficit de hierro en la sangre, con o sin anemia) puede ser la causa de una caída del cabello crónica llamada científicamente “efluvio telógeno crónico”. Esta suele aparecer de manera fluctuante a lo largo de varios años en mujeres de mediana edad que originalmente tenían un cabello sano, denso y brillante.

Alopecia y cansancio: ¿cómo acabar con esta situación?

A diferencia de la alopecia androgenética, la caída ocasional tiene la ventaja de ser reversible, siempre y cuando adoptemos rápidamente los cuidados capilares apropiados y los gestos adecuados. En primer lugar, debemos controlar la dieta: tomar muchas vitaminas es esencial para combatir el cansancio, por un lado, y para contrarrestar su consecuencia directa que es la caída del cabello, por otro.

Tenemos que dejar de usar champús y otros tratamientos demasiado agresivos para el cuero cabelludo y optar preferiblemente por unos productos suaves destinados al cabello “cansado”. Debemos integrar el champú y la loción anticaída como un componente esencial de nuestra rutina. Sin embargo, atención a la hora de adquirirlos: su elección debe hacerse en función del tipo de caída (ocasional o crónica) que sufrimos. Por último, dado que caída del cabello y estrés están ampliamente relacionados, siempre podemos pedir ayuda a nuestro médico para identificar las causas de nuestro agotamiento. Una cura de suplementos alimenticios a base de vitaminas y minerales puede resultar útil debido al papel esencial que desempeñan en la fisiología del cabello. Las sesiones de sofrología o de hipnosis con un psicólogo también pueden ser de utilidad para aprender a controlar el estrés o comprender nuestro estado de fatiga. Y, por supuesto, no hay que olvidar la importancia de practicar una actividad física regular y moderada.

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